
En los últimos años, Allen abandonó Nueva York, su ciudad favorita -donde transcurren la mayoría de sus películas, se fue a Londres con la idea de hacer un largometraje, Macht point, pero sucumbió a los encantos de un clima estable y una luz pareja que, según él, le permitían trabajar sin sobresaltos, a salvo de cambios atmosféricos intempestivos.
Su etapa londinense abarcó otros dos títulos, Scoop y El sueño de Casandra. Después marchó a Barcelona, una ciudad que lo deslumbró y con la cual contrajo una deuda sentimental desde que recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
De esa deuda de amor surgió Vicky Cristina Barcelona y el Oscar para Penélope Cruz. Fue su tributo a España.
En medio del rodaje barcelonés, deslizó su propósito de filmar en Suramérica, probablemente Argentina o Brasil, países que calificó de interesantes y con millones de historias para contar. En Argentina ya se había instalado, con buen pie, su colega Francis Ford Coppola.
Los brasileños capturaron al vuelo la señal y el pasado año el empresario Claudio Loureiro anunció que negociaba un posible acuerdo para que Allen filmara una de sus películas en Río. Su propuesta a los agentes del cineasta ascendía a unos siete millones de dólares, según el portal G1.
Ahora el proyecto parece maduro. Solo falta esperar por los detalles que el presidente de RioFilme prometió difundir en breve.
Fuente: Prensa Latina - Agencia Informativa Latinoamericana
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